viernes, 5 de agosto de 2016

El futuro de la ingeniería civil

Para poder estudiar el futuro de la ingeniería civil en Colombia, hay que remontarnos también a su pasado; no solo a las obras que construyeron los ingenieros militares españoles como Domingo Esquiaqui, que nos dejo como legado, entre otros, el puente del común en Chia, sino, en la era republicana, la formación que comenzó a darse en las aulas del Colegio Militar, para educar a los oficiales del Estado Mayor y a los ingenieros militares, por iniciativa del general Tomas Cipriano de Mosquera, tres veces presidente de Colombia, quien había tomado nota de la manera como eran formados los ingenieros en los institutos franceses de la era napoleónica.

Durante la segunda mitad del siglo XIX, el interés de los ingenieros civiles se centro en el desarrollo de las vías férreas, comenzando por el ferrocarril de Panamá, que por entonces hacia parte de Colombia; posteriormente, en el siglo XX, con la llegada en 1904 a la presidencia de la república del general Rafael Reyes, pues con la fundación en 1905 del ministerio de obras publicas, comenzó el desarrollo vial y se proyecto rápidamente para que el mandatario pudiera realizar el primer viaje nacional en automóvil desde Bogotá hasta Santa Rosa de Viterbo, su pueblo, por la recién inaugurada carretera central del norte, concentrándose luego ese gobierno en promover el uso del pavimento, así como en la instalación de los grandes puentes metálicos y la evolución hacia las estructuras de concreto u hormigón armado.

Posteriormente, el interés estuvo centrado en canalizar el río Magdalena y, en cierta forma, convertirlo en un corredor fluvial, como es lógico,  férreo pues el ferrocarril corría paralelo a su cauce y, aéreo, pues en 1922 comenzó a funcionar la Sociedad Colombo Alemana de Transporte Aéreo, SCADTA, que hacia recorridos sobre el cauce del Magdalena entre Barranquilla y Puerto Salgar.

Esta evolución de nuestra ingeniería civil comienza luego a diversificarse, pues con la llegada a la presidencia de la república del  ingeniero Mariano Ospina Pérez, en 1946, el interés del gobierno se centró en la construcción de grandes obras en las que el cemento y el hierro fueron grandes aliados de la ingeniería, al construirse las primeras centrales hidroeléctricas en los saltos del Tequendama y Guadalupe, ademas de la construcción de centrales de riego en el Tolima  y, la inauguración de Acerías Paz de Rio en 1954.

Hace menos de un año, la Asociación Colombiana de Facultades de Ingeniería - ACOFI, revelo un estudio, según el cual, de los 93 programas de ingeniería existentes en Colombia, ofrecidos por Instituciones de Educación Superior -IES, Colombia no cuenta con todos los ingenieros que su desarrollo actual demanda, déficit que se hace mas notorio en la ingeniería eléctrica y agroindustrial.

Ahora, los retos de la ingeniería en Colombia están en la preparación técnica y humanística de los profesionales de las distintas especialidades, para asumir la responsabilidad profesional y ética que exige retomar el liderazgo de los ingenieros que durante tantos años llevaron las riendas del país, en lo que corresponde a gestión, planificación, construcción y prestación de servicios de ingeniería, privilegiando también el desarrollo sostenible de sus obras para el bienestar de la sociedad.

El futuro de la ingeniería civil debe estar basado en una formación estricta y en un desempeño laboral enmarcado en la capacidad de acción y la toma de decisiones éticas, ambientales y técnicas, que gocen de seguridad, funcionalidad e innovación.

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