lunes, 29 de agosto de 2016

De Núremberg a Anapoima

El pasado doce de agosto, recibimos los colombianos la noticia de la integración del Tribunal para la Paz, con 72 magistrados, de los cuales 15 son extranjeros; la creación de un cargo de presidente, así como de una fiscalía ad hoc con el nombre de Dirección de Investigación y Acusación. Dichos jueces y fiscales, con los empleados que se requieran, serán seleccionados por un Comité mixto que deberá tener en cuenta la independencia judicial, la diversidad de especialidades, que de todas formas correspondan a los estándares internacionales de conocimiento de los Derechos Humanos y del D.I.H. y las calidades morales de los candidatos, que vuelven a recordarme lo escrito en este espacio sobre la <<moral accountability>>.

Repasando la historia reciente del mundo, gracias a la magnífica obra “Educación y Justicia como métodos pacíficos de prevención. Análisis histórico y judicial de la Shoá, genocidios de los siglos XX, XXI y terrorismo” que recibí hace tres días, escrita por el doctor Franco Fiumara, Juez del Tribunal en lo Criminal en el Departamento Judicial de La Matanza, Argentina y, quien bien podría ser uno de los candidatos a ocupar una de las magistraturas del Tribunal de Paz, encontré una amplísima referencia sobre el antisemitismo, los genocidios, racismo, xenofobia y negacionismo, pero, en especial, un capítulo de más de 150 páginas sobre los Juicios de Tokio, el juicio de Núremberg y los juicios posteriores o de segundo orden. Igualmente, Fiumara dedica otro capítulo a los procesos de Bosnia Herzegovina y Ruanda.

Me llamó profundamente la atención lo referente a Núremberg, por el parecido con nuestra nuevo Tribunal para la Paz, no sólo por la conformación internacional del tribunal, -para el cual catorce países delegaron a Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y la U.R.S.S.-, sino por los términos de la acusación y la imputación, por cuya responsabilidad se juzgó a los detenidos por cuatro delitos. En Colombia, aún no sabemos qué normatividad aplicará el nuevo Tribunal, o si tendrá su propio catálogo de delitos y hasta de contravenciones, acordado en algún puente en Anapoima en la finca del Presidente con los miembros de su sanedrín jurídico.


Los cuatro delitos juzgados en Núremberg eran los Crímenes contra la paz; guerra de agresión; Crímenes de guerra; y, Crímenes contra la humanidad. Espero que el Comité de Selección escoja a en forma transparente a quienes quieran integrar esta nueva jurisdicción, no obstante las críticas sobre la pureza de la jurisdicción y la competencia que le será atribuida a este Tribunal para la Paz.

viernes, 19 de agosto de 2016

Programa #EntreColegas, Facultad de Comunicación - Universidad de La Sabana

Hernán Olano y Sebastián Silva analizan los tuits del Papa Francisco.

Parte 1: https://www.youtube.com/watch?v=R-B1Fm8K-Rs
Parte 2: https://www.youtube.com/watch?v=V8z1vwUVQuw
Parte 3: https://www.youtube.com/watch?v=WaVVpEJM_g0

viernes, 5 de agosto de 2016

Con alma y pasión

Se ha dado inicio a los juegos olímpicos en Brasil, un encuentro que reúne a los deportistas de mejor rendimiento de los distintos países, con la sobra del doping de la delegación rusa, e incluso el cambio de la delegada presidencial en el Comité Olímpico Colombiano, habiéndose designado hace poco a Cecilia <<chechi>> Baena en reemplazo de María Luisa Calle.

Sin embargo, grandes figuras en diversos deportes se alejaron de esta contienda, entre ellos nuestros <escarabajos> mas destacados, por compromisos contractuales  que, debido en muchos casos a la falta de apoyo, les hacen apartarse de la contienda mas importante del mundo, por correr bajo patrocinio carreras de diversa índole durante el verano, para asegurarse un futuro económico, que en el país no ven claro.

Me llama profundamente la atención, que nuestra delegación, de mas de 400 personas, estuviera integrada en un 25% por futbolistas, hombres y mujeres, que dejaron un primer partido de cuatro contra cero con Francia. Centrar el apoyo solo en el fútbol no me parece adecuado.

En el fútbol, aunque vale para el deporte en general, debe haber pasión, rectitud en el obrar y buena voluntad, que muchas veces se alteran por el afán de ganar, poseer y disfrutar, sin esforzarse por vivir y transmitir un ejemplo de vida respetuoso, tolerante, solidario, sereno y coherente, porque deben ser caballeros y damas de la virtud, no de la imagen



Recientemente, el periodista Cesar Mauricio Velásquez publico un libro titulado "Fútbol con alma" y, en ese texto, ademas de un elogio por quienes lo han asistido en el partido de la vida con caridad y sencillez y de los elogios a  Alfredo Di Stefano, Andrés Escobar, Emilio Butragueño, Amancio Amaro, Francisco <Pato> Gento y Javier Zanetti, quien lo acompañara a Colombia a presentar el texto, incluye cuatro entrevistas con el Papa Francisco, quien ha sugerido reglamentar puntos de equilibrio económico que ayuden a financiar, con dignidad, el fútbol en los barrios periféricos y a controlar la codicia y transparencia de quienes dirigen y promueven este deporte, con afán de lucro y manejos indebidos como los descubiertos en los últimos tiempos, hasta con dirigentes del fútbol colombiano.

Francisco, que es el socio 88235 del San Lorenzo de Almagro, nos recuerda que "Tanto el deporte como la religión son entidades que generan valores y hacen crecer al ser humano, enalteciendo su vida"; el deporte debe ser una fiesta de la solidaridad entre los pueblos y las personas que los representan y, los olímpicos, las copas del mundo, las ligas nacionales o, simplemente un <picadito> de barrio, deben ser siempre, como señala el Papa, "ocasión de dialogo, comprensión y enriquecimiento humano reciproco".

El deporte debe vivirse, en palabras del Pontífice, como un don de Dios y, la dimensión profesional del deporte no debe dejar de lado el termino "aficionado", que se integra de la belleza, la gratuidad y la camaradería y de virtudes humanas, tales como la lealtad, la generosidad, la responsablidad, el dialogo y, la confianza en el otro, que tanto nos hace falta.

El futuro de la ingeniería civil

Para poder estudiar el futuro de la ingeniería civil en Colombia, hay que remontarnos también a su pasado; no solo a las obras que construyeron los ingenieros militares españoles como Domingo Esquiaqui, que nos dejo como legado, entre otros, el puente del común en Chia, sino, en la era republicana, la formación que comenzó a darse en las aulas del Colegio Militar, para educar a los oficiales del Estado Mayor y a los ingenieros militares, por iniciativa del general Tomas Cipriano de Mosquera, tres veces presidente de Colombia, quien había tomado nota de la manera como eran formados los ingenieros en los institutos franceses de la era napoleónica.

Durante la segunda mitad del siglo XIX, el interés de los ingenieros civiles se centro en el desarrollo de las vías férreas, comenzando por el ferrocarril de Panamá, que por entonces hacia parte de Colombia; posteriormente, en el siglo XX, con la llegada en 1904 a la presidencia de la república del general Rafael Reyes, pues con la fundación en 1905 del ministerio de obras publicas, comenzó el desarrollo vial y se proyecto rápidamente para que el mandatario pudiera realizar el primer viaje nacional en automóvil desde Bogotá hasta Santa Rosa de Viterbo, su pueblo, por la recién inaugurada carretera central del norte, concentrándose luego ese gobierno en promover el uso del pavimento, así como en la instalación de los grandes puentes metálicos y la evolución hacia las estructuras de concreto u hormigón armado.

Posteriormente, el interés estuvo centrado en canalizar el río Magdalena y, en cierta forma, convertirlo en un corredor fluvial, como es lógico,  férreo pues el ferrocarril corría paralelo a su cauce y, aéreo, pues en 1922 comenzó a funcionar la Sociedad Colombo Alemana de Transporte Aéreo, SCADTA, que hacia recorridos sobre el cauce del Magdalena entre Barranquilla y Puerto Salgar.

Esta evolución de nuestra ingeniería civil comienza luego a diversificarse, pues con la llegada a la presidencia de la república del  ingeniero Mariano Ospina Pérez, en 1946, el interés del gobierno se centró en la construcción de grandes obras en las que el cemento y el hierro fueron grandes aliados de la ingeniería, al construirse las primeras centrales hidroeléctricas en los saltos del Tequendama y Guadalupe, ademas de la construcción de centrales de riego en el Tolima  y, la inauguración de Acerías Paz de Rio en 1954.

Hace menos de un año, la Asociación Colombiana de Facultades de Ingeniería - ACOFI, revelo un estudio, según el cual, de los 93 programas de ingeniería existentes en Colombia, ofrecidos por Instituciones de Educación Superior -IES, Colombia no cuenta con todos los ingenieros que su desarrollo actual demanda, déficit que se hace mas notorio en la ingeniería eléctrica y agroindustrial.

Ahora, los retos de la ingeniería en Colombia están en la preparación técnica y humanística de los profesionales de las distintas especialidades, para asumir la responsabilidad profesional y ética que exige retomar el liderazgo de los ingenieros que durante tantos años llevaron las riendas del país, en lo que corresponde a gestión, planificación, construcción y prestación de servicios de ingeniería, privilegiando también el desarrollo sostenible de sus obras para el bienestar de la sociedad.

El futuro de la ingeniería civil debe estar basado en una formación estricta y en un desempeño laboral enmarcado en la capacidad de acción y la toma de decisiones éticas, ambientales y técnicas, que gocen de seguridad, funcionalidad e innovación.