lunes, 20 de abril de 2015

Que no venga Francisco

Soy un abogado dedicado a la “vaticanología”, ese seguimiento de las actividades del Pontífice y de la Curia romana. Ante la inminente visita de Su Santidad Francisco, al amparo generoso y protector de la Virgen de Chiquinquirá, además del debate político, algunas personas están pidiendo que se desarrolle esa visita en su ciudad, bien porque “es la casa de la Selección Colombia”, porque “es la ciudad bonita”, porque “es la capital de la montaña”, etc., incluso exigiendo que mínimo esté el Santo Padre ocho días entre nosotros, porque “no puede darnos menos que Juan Pablo II”. Ya anunció su viaje a Ecuador, Bolivia y Paraguay y estará dos días en cada nación. Se espera que venga a ratificar la paz, pero seguimos de luto.

Qué vergüenza!! Aunque más vergonzoso es tratar de capitalizar políticamente la visita o, llegar a buscar que la misma se constituya en un evento de “rebaja de penas” definido como un “acto de misericordia”; así lo afirmó en El Nuevo Siglo el Presidente de la Conferencia Episcopal, dando paso a que de forma segura, los primeros beneficiados serán las hordas vandálicas de la corrupción.

Leyendo la Bula del año de la Misericordia, presentemos a Francisco acciones concretas contra la injusticia, la violencia organizada y contra las personas ''promotoras o cómplices'' de la corrupción, a la que denomina "llaga putrefacta" e insiste para que en este Año Santo haya una verdadera conversión: “Seguir como estáis es sólo fuente de arrogancia, de ilusión y de tristeza. La verdadera vida es algo bien distinto de lo que ahora pensáis”.

Si no mostramos voluntad de acercamiento, misericordia, compasión y sobre todo, de transparencia, mejor que Francisco no venga, qué pena sería el vernos peleando.


Posdata: El gobierno colombiano, que en 2013, por medio del Decreto 2193, resolvió afectar las relaciones amistosas que existen desde 1967 entre Chipre y Colombia, al incluir nación en la lista de paraísos fiscales y no ha contestado la carta del Embajador Evagoras Vryonides, por medio de la Nota ECO/COL/02-260, quien consideró injusta dicha decisión (en el mismo decreto se incluyó a Panamá). En esa <<lista negra>>, el nombre de la República de Chipre hace parte de los países señalados como lugar con los que hay que tener cautela al hacer intercambios financieros con Colombia. La Cancillería colombiana también desconoce la Convención de Viena sobre relaciones consulares, pues se resolvió unilateralmente, sin fórmula de juicio, no renovar los carnets de identificación, que hacen parte de la política recíproca internacional de privilegios e inmunidades, a los cónsules honorarios de Chipre, socavándose el orden legal y político internacional.

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