miércoles, 14 de enero de 2015

Derecho hacia la paz

Con el patrocinio de la Universidad Católica, el sacerdote Edwin Germán Chávez Quintero, Capellán de esa Institución y el internacionalista Gerney Ríos González, presentan un libro de reflexión titulado “Derecho hacia la paz”, donde los autores reiteran su impresión por el deterioro ambiental, la pérdida de los valores morales, la ausencia de solidaridad colectiva, el aumento del crimen, la violencia al interior de las familias y de la sociedad, el abuso del poder, tanto de los gobernantes como de sus subalternos; los altos índices de corrupción y una serie de fenómenos que constituyen ese cuadro patético de situaciones prácticamente insalvables que hacen tortuoso y difícil el camino hacia la paz.
Chávez Quintero y Ríos González tratan de ser optimistas al dirigir su trabajo a los pueblos del mundo, a los indoamericanos, a los desplazados y en general a los seres indefensos, a través de una denuncia valiosa y valerosa, con el propósito de poner fin al odio entre hermanos y a tratar de que cicatricen las heridas abiertas por muchos años.
El texto se abre con un primer capítulo sobre el hombre, como talento superior, protagonista central de la humanidad, ser prístino con patrones de conducta tendientes a la vida comunal. El capítulo dos muestra al hombre como un depredador, como consecuencia del crecimiento global de la población, la corrupción, la violación de los derechos humanos y la destrucción ambiental. Afirman que la supervivencia es el conflicto biológico, pues la tierra, paraíso viviente del hombre se convirtió en su propio infierno. Un tercer capítulo, más esperanzador, trata sobre la niñez y el futuro, ante un Estado muchas veces indiferente.
Después hablan sobre ecología humana; sobre el antagonismo globalizado que ataca la paz; sobre la cooperación, competencia y conflictos, en los que es necesaria una ley sin Talión; hablando luego del derecho al ser y pasando en el penúltimo capítulo a hablar del cristianismo y los derechos fundamentales, como antesala a un maravilloso y muy trabajado capítulo (además el único con citas de pie de página y bibliografía), acerca de la Doctrina Social de la Iglesia y los Derechos Humanos, donde con gran detalle se analiza el conjunto de orientaciones doctrinales y criterios de acción que tienen su fuente en la Sagrada Escritura, en la enseñanza de los padres y grandes teólogos de la Iglesia y en el magisterio, especialmente de los últimos pontífices.

El texto incita a su lectura y en general, resume su contenido en la necesidad del reconocimiento de la dignidad personal en una época secularista como la actual.

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