El pasado miércoles
24 de septiembre, se desarrolló en el Consejo de Seguridad de la ONU un foro
sobre las ''Amenazas a la paz y a la seguridad internacional causadas por actos
terroristas'', evento que vino a darse en un momento en el que todas las
regiones del mundo se enfrentan a los efectos inhumanos del terrorismo, - no
solo Colombia-.
Pero todo esto
podría combatirse si los
gobiernos se comprometen con la sociedad civil para hacer frente a los
problemas de las comunidades con mayor riesgo de reclutamiento y de
radicalización y conseguir su integración social serena y satisfactoria, ya que
a menudo, esos combatientes proceden de familias pobres, decepcionados por lo que
perciben como una situación de exclusión y falta de valores de algunas
sociedades opulentas, como también lo señaló el Secretario de Estado de la
Santa Sede, Cardenal Pietro Parolín.
Para poner fin al
nuevo fenómeno del terrorismo, el objetivo es lograr el entendimiento cultural
entre los pueblos y países, y que la justicia social es esencial para todos; de
hecho, el Centro Internacional para el Diálogo Interreligioso e Intercultural
Rey Abdalá bin Abdulaziz (KAICIID), con sede en Nueva York (EE.UU) formuló el
25 de septiembre una declaración de principios, firmada por los ministros de
Exteriores de Austria, Arabia Saudita y España, así como por el Padre Miguel
Ángel Ayuso Guixot, M.C.C.J., Secretario del Pontificio Consejo para el Diálogo
Interreligioso, en calidad de Observador de la Santa Sede, para enfrentar
conjuntamente la violencia y la crisis humanitaria en el norte de Irak y Siria,
así como en otras regiones del mundo. La declaración fue también aprobada por
unanimidad por el Consejo de Administración del KAICIID, en el que están
representadas las principales religiones del mundo: budismo, cristianismo,
hinduismo, islam y judaísmo.
Ese Centro
Internacional, KAICIID, centró su declaración en los siguientes puntos:
“Condenamos los conflictos violentos en el mundo y, todavía más, la violencia
cometida en nombre de la religión; pedimos el fin de la hostilidad violenta.
Deploramos la pérdida de vidas y elogiamos a los que tratan de aliviar el
sufrimiento, así como aquellos que se esfuerzan por promover el bienestar, la
armonía y la paz. Nos oponemos a la instrumentalización de la religión para
hacer la guerra. Condenamos enérgicamente el terrorismo en todas sus formas y
manifestaciones, sea quien sea el que lo cometa, y cualesquiera que sean qué
propósitos. Condenamos el discurso del odio y del extremismo que incitan a la
violencia y alimentan el prejuicio”.
Ahora
que avanza en nuestro país la campaña de Soy Capaz, todos debemos de capaces de
perdonar; precisamente en el
perdón y en la reconciliación, válida para cualquier esquema de conflicto, está
el futuro del nuevo esquema de paz que nos propone el Gobierno.
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